La Malinche, también conocida como Doña Marina, fue la intérprete más conocida del conquistador Hernán Cortés durante su estancia en territorio mexicano, es decir, durante la conquista de México.
Es este un personaje ciertamente no muy conocido pero con una biografía apasionante, si tenemos en cuenta que su papel fue fundamental en el triunfo de Cortés, y que además, fue la primera mujer mesoamericana en dominar la lengua castellana y es el ejemplo claro de la importancia que en las aventuras de los conquistadores tuvieron los intérpretes.
No se sabe a ciencia cierta todos sus datos. Puesto que sobre esta mujer se ha escrito mucho, pero la mayor parte de las veces, fabulando, y mezclando tradiciones con biografía, mito con realidad.
De los escasos datos que conocemos de la Malinche, sabemos que las fuentes más fiables en lo que respecta a su nacimiento, dicen que la Maliche nació en la región de Coatzacoalcos, en Veracruz, al sur de México, allá por el año 1500.
Se dice que era hija de un noble muerto tempranamente, por lo que quedó huérfana a edad muy temprana y esto le hizo caer en desgracia. Su madre se volvió a casar, y tuvo un niño, y para que este fuera heredero único, fue vendida en el mercado de las esclavas, justo en una zona que estaría en la confluencia de dos lenguas: la maya y la nahua. De hecho, fue en esta zona donde aprendió la lengua maya, que tanto le serviría para sus posteriores labores de intérprete.
Por aquel entonces Hernán Cortés había llegado a la costa de Tabasco procedente de Cuba, con la esperanza de conquistar el territorio mexicano para la corona española. Los mayas, para congratularse con los conquistadores españoles, les ofrecieron diversos regalos entre los que se encontraban, además de alimentos y joyas, veinte esclavas. Pues bien, entre estas veinte estaba la Malinche.
En un primer momento, Cortés regaló a la Malinche a uno de sus militares, a Alonso Hernandez, pero más adelante y viendo sus actitudes con los idiomas, la bautizó y la nombró su secretaria particular. Rápidamente la Malinche aprendió castellano, y enseguida empezó a actuar como intérprete. En vista de sus virtudes Cortés, la hizo su amante, y le dio un hijo, Don Martín Cortés, que aunque hijo bastardo llegó a ser Comendador de la Orden de San Yago, y tuvo gran relevancia histórica, por tener un cargo en el gobierno.
Estas virtudes jugaron un papel fundamental en la conquista de México, y para a aquellos a los que se les planteen dudas sobre este hecho, destacar que el punto a destacar de su carera fue el encuentro entre Cortés y Moctezuma, propiciando en todo momento, según cuentan las crónicas, la negociación en lugar de la lucha.
Después de la conquista Cortés, que ya tenía otra mujer en España, le dio marido a la Malinche, casándola con Juan Jaramillo, un alto militar de la corte castellana, con la que tuvo una hija, Doña María.
La vida apasionante de esta mujer, no está exenta de controversias. Para unos, es uno de los pilares fundamentales en los que se basaron los conquistadores españoles para lograr el éxito de la conquista; sin embargo, para otros es una traidora. Con sus dotes para el idioma, se la acusa de haber actuado de espía y de haberse vendido a los españoles. No cabe duda de que no fue muy leal, y aunque se quiera novelar bajo el amparo de su enamoramiento con Cortés, considerando las relaciones humanas en aquella época, no parece muy posible que traicionase a su pueblo por amor. Sin embargo, también hay que tener en cuenta, que ella había sido repudiada por su pueblo, puesto que siendo noble la habían vendido como esclava, por lo que no parece tampoco muy justo que debiera ningún tipo de fidelidad.
Hoy en día los mexicanos usan la expresión “eres un malinche”, para referirse a alguien que es un traidor. Cada uno que extraiga sus propias conclusiones.
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